Inspirador de un sinfín de leyendas, en la cima del extenso imaginario chino se encuentra el dragón. Independientemente de sus características individuales, a los dragones en general se les suponen unas características que infunden temor, al aunar en sí todas las fuerzas de la naturaleza. Pero tienen a su vez una lado benevolente, pues también se cree que simbolizan la protección que ejerce el poder supremo, de ahí que sean símbolo de la familia imperial y usados conjuntamente con elementos de la vida imperial.
Recientemente hemos entregado en nuestra tienda de decoración de Sevilla una casaca china antigua de seda decorada de forma muy rica con bordados de dragones. El uso y apariencia de los dragones en los trajes de corte chinos es una materia amplia y compleja. Hasta la dinastía Yuan, las prendas decoradas con dragones las llevaba quien tuviera suficiente dinero y confianza para poseerlas. Con posterioridad, hacia la dinastía Han, fue convertido en símbolo imperial, siendo un motivo reservado exclusivamente para el emperador y su familia más inmediata. Como curiosidad podemos mencionar que desde la dinastía Qing (periodo del que provienen la mayor parte de trajes que se exponen en museos), a los oficiales de primer a tercer rango se les permitía utilizar dragones de cinco garras, mientras que a los de rango inferior sólo de cuatro, incluso dragones de tres garras para rangos aún inferiores.
El dragón tradicional chino se identifica por nueve atributos tomados de nueve animales diferentes:
- Cabeza de camello.
- Cuernos de ciervo.
- Ojos de conejo.
- Orejas de vaca.
- Cuello de serpiente.
- Vientre de rana.
- Escamas de carpa.
- Colmillos de halcón.
- Palmas de tigre.
En general en el arte chino los dragones aparecen bien de frente con extremidades extendidas, cuando son símbolos ceremoniales de estado, como la parte frontal del traje de emperador, o bien de perfil, cuando se representan en cerámica y otros objetos decorativos, como los que ofrecemos en nuestra tienda de decoración de Sevilla. Enfrentados o entrelazados es otra forma de representarlos. También en textiles aparecen arrastrándose o corriendo de perfil sobre la tierra. Según la tradición china, hay tres tipos de dragones caracterizados según su hábitat: los del cielo, los de los océanos, y los de pantanos y montañas. Éstos siempre tienen barba y bigotes y expiran fuego niebla o lluvia. La leyenda china también reconoce nueve tipos de dragones, descritos como los hijos del Dragón.
Los dragones adoptan muchas formas y a veces son difíciles de reconocer, estos nueve se identifican por su ubicación en los objetos con los que son asociados:
- Bìxì: el hijo mayor. Se describe como al que le gusta soportar una carga pesada, también conocido como el dragón tortuga de piedra porque tiene cuerpo de tortuga y cabeza de dragón. Lo podemos encontrar en pilares y columnas.
- Chiwen: al que le gusta tragar cosas. Con forma de pez, y sin cuernos, suele encontrarse en crestas de tejados, y se dice que protege de los fuegos.
- Púláo: al que le gusta rugir. Aparece en argollas de campanas, con dos cabezas y su cuerpo curvado.
- Bì’àn: el que aparece en tribunales de justicia y prisiones. Su cara parece más la de un tigre, con dos largos colmillos y mirando de frente, no tiene cuerpo y se dice que le gustan los pleitos.
- Taotiè: la cara que adorna vasijas de bronce antiguas. Sólo aparece su cara, que se identifica por sus ojos saltones y sus estilizados remolinos que forman el resto de la cara. Se dice que es de naturaleza codiciosa y le gusta la buena comida.
- Gongfù: le gusta el agua. Aparece decoranto pilares de puentes o extendiéndose sobre las lluvias.
- Yázì: su fuerte es la lucha, y por eso aparece en espadas y mangos de hachas.
- Suanní o Jinní: con forma de león. Aparece en la parte superior de tapas quemadores de incienso, se dice que le gusta sentarse quieto.
- Jiaotú: se encuentra decorando llamadores de puertas o guardias de puerta, prefiere mantenerse escondido en su guarida.