Uno de los pequeños tesoros que podéis encontrar en nuestra tienda de decoración de Sevilla son los pinceles de caligrafía chinos. Por su innata belleza despiertan interés en cualquier persona que los observa, y son especialmente apreciados por aquellas personas que dominan este arte, lo cual nos ha animado a arrojar un poco de luz sobre sus características en este blog.
La pintura con pincel chino es una forma de arte en sí misma. De aparente sencillez, resulta enormemente atractiva gracias al espíritu oriental de sus fascinantes temas, siendo en ella muy importante el papel de la filosofía y el simbolismo, que también se refleja en el material empleado y en los motivos representados, a los que se les suele dar nombres bellos y evocadores. Se trata no sólo de pintar el aspecto exterior del motivo escogido, sino reflejar su esencia interior.
Ese intento por captar el espíritu de los objetos requiere una adecuada preparación previa. Es preciso un cuidado ritual para practicar la pintura con pincel chino, desde el lugar escogido a la concentración y reflexión previa incluso con otros pintores y hasta poetas. Suele pasar bastante tiempo antes de disponerse el artista a realizar su creación, consiguiendo con todo ello expresar con hondura sus sentimientos. Estas técnicas también han cautivado a muy conocidos artistas occidentales, especialmente en el impresionismo y posteriores vanguardias, en los que se observa influencias en cuanto a su concepción y trazos.
Y todo ello se realiza con materiales sencillos, papel, pincel, tinta y piedra de entintar, referidos en la tradición china como “Los cuatro tesoros”.
Los pinceles chinos no tienen sustituto debido a sus características excepcionales. Tienen una gran flexibilidad y están hechos de una forma que hace que contengan espacios de aire y retengan una cantidad de agua o tinta inusual. Es importante elegirlos bien y saber utilizarlos, usando el apropiado se ahorra esfuerzo, y permiten multiples variaciones y efectos.
Están hechos de diversos materiales, todos ellos naturales. El pelo puede ser de caballo, conejo, cabra o carnero entre otros, por tanto hay pelo de distinto color y textura, teniendo unos más elasticidad y otros cierta rigidez, dando lugar a distintos tipos de trazos. Hay que dominar bien los tonos y degradados de la tinta con las pinceladas y saber perfilar y modelar con los matices que el pincel permite realizar, se puede utilizar la punta para hacer un trabajo más meticuloso o usar todo el pincel en un estilo más suelto.
Los de pelo blando son más habituales en la tradición de los pintores del norte de China, son más difíciles de controlar pero a cambio permiten realizar trazos de mayor interés. En ocasiones se hacen con mezclas de pelo para combinar sus características, por ejemplo un mechón de pelo más duro en la parte central para conseguir una punta afilada,y otro más blando en el exterior para conseguir suavidad y retención de líquido. También es importante la longitud del pelo, cuanto más larga sea más flexible resultará, si bien requerirá bastante práctica. Dependiendo del artista, pueden bastar un par de tipos de pinceles para realizar sus obras o varios.
Si bien en la actualidad a menudo se emplean pinceles cómodos y más ligeros engastados en bambú, los que ofrecemos en nuestra tienda de decoración en Sevilla están inspirados en los lujosos pinceles de la época imperial, hechos con piedras semipreciosas como el jade o coral, cuentas de porcelana o cristal, y engastados en madera o hueso, que además de cumplir perfectamente su función para la pintura con esta técnica, tienen un interés también en decoración de interiores, aportando matices singulares en decoración de mesas, aparadores o vitrinas, y como maravilloso objeto de colección.